7.6.15

au auuuuuu

Bueno. Toda mi cabreza está gritando, chillando como una loca.
Es en el doblez superior anterior izquierdo (mi izquierda, derecha del público, izquierda del diablo), juesto encima de la sien. Y es un dolor no punzante sino ahuecante. Tampoco. Es un dolor como de un color helado. Congelación. Un dolor azul hielo blanquecino de escarcha y transparente como el viento. ¿Entiendes? Me he tomado la maldita pastilla de ibuprofeno y ha vuelto en una hora. ¿Por qué los dolores de cabeza no se van a por tabaco? Da igual. Lo que pasa es que me da la sensación de que más complementos no puedo quitarme (por si me sentía oprimida, estrujada hasta sangrar una gotita, roja como la bandera de japón y diminuta de lilliputiense, que se esfumase en contacto con el aire de este mundo, al cual los extraterrestres tienen acceso telepático y sensitivo y, en cuanto perciben el destello líquido de la información y las millones de historias contenidas en esa impermeable gotita de sangre, la abducen), y de que solo llorando a mares se me puede descongestionar el embalse de la azotea, que estamos en época de monzones.